El viernes día 9 de febrero, en el barrio la Jota, las predicciones se cumplieron. Las calles se llenaron de blanco (y negro). Era hora de jugar. Era hora de …. ¡Disfrutar del Carnaval!
Un centenar de pingüinos y osos polares ocuparon las aceras. Nos deleitaron con sus desfiles, nos asombraron con sus bailes, y nos enamoraron con sus sonrisas cuando descubrieron los churros y el chocolate que ambas AMPAS habían preparado. Gracias a todos por hacerlo posible: claustro, familias, voluntarios, AMPAS… Su sonrisa fue nuestro mejor regalo.